LA EUCARISTÍA: SACRIFICIO, SACRAMENTO Y SAGRARIO

L a EUCARISTÍA tiene tres aspectos que son 3 palabras que empiezan por "S": Sacrificio, Sacramento y Sagrario; y están representados respectivamente en el Crucifijo, el Altar y el Sagrario.

1.- SACRIFICIO

- Historia del P. Maximiliano M Kolbe, el Mártir de la caridad: Sucedió en 1941, en la Segunda Guerra Mundial, en el Campo de concentración de Auschwitz (Polonia). Un prisionero se fugó y el jefe del Campo dijo: Si no aparece en 24 horas, mataré a 10 en su lugar. No apareció, y fue designando a los 10 que iban a morir en torturas terribles.

Uno de los designados, Francisco Gajownicze, empezó a gritar:" Ah, mi esposa, mis hijos, mis chiquitines, a los que no volveré a ver". Uno de los que no habían sido designados dio un paso al frente. ¿Qué quieres tú, puerco polaco -le dijo el jefe-, y él respondió: "Quiero ir a morir en lugar de ese". Era el P. Maximiliano Kolbe. El Jefe aceptó y murió por él. Cuando, años después, el Papa Juan Pablo II canonizó a S. Maximiliano, allí estaban Francisco y su mujer y sus hijos. ¡Qué agradecidos estarían al que había dado su vida por ellos!

Hay una historia más impresionante: Mira el crucifijo. En el caso del P Kolbe era un hombre por otro hombre, pero en la cruz es un hombre, que además es Dios, el que da su vida por mí, por cada uno de nosotros. Es la mayor "historia de amor". Y es tan importante que Cristo ha querido que se actualice y se haga presente en cada Misa.

Qué grande debe ser nuestro agradecimiento al Señor. Y la mejor forma de gratitud es ir a Misa y vivirla todos los domingos -y siempre que podamos entre semana-. Y los padres deben llevar a sus hijos y explicarles el sentido de cada parte de la Eucaristía.

La relación de la Misa y el Sacrificio Redentor de Cristo está expresado en muchos momentos pero especialmente cuando en la Consagración se dice: “Este es mi cuerpo que será entregado por vosotros para el perdón de los pecados” y “...Sangre derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados”. El Protagonista en la cruz y en la Misa es Cristo que se nos entrega por Amor, no el sacerdote, ni nosotros.

2.- SACRAMENTO

La Eucaristía es uno de los 7 Sacramentos. Jesús se nos da en la Mesa del Banquete Pascual. Está ahí presente como Dios y como hombre -con su cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Y nos dice: "Tomad y comed todos de El...". Todos necesitamos alimentarnos con el Pan del Cielo. Pero debemos comulgar estando siempre sin pecado mortal, o sea en gracia de Dios y para ello debemos confesar con frecuencia. La Comunión debe llevarnos a tener Común-unión con los demás. De la Misa sacaremos la fuerza para amar más a los demás, para comprender, perdonar, alegrarles la vida y vivir las obras de Misericordia.

3.-SAGRARIO

Jesús se ha quedado por amor a nosotros, permaneciendo presente en la Sagrada Forma después de la Misa. Debemos visitarle muchas veces y alegrarnos cuando en nuestro camino descubrimos un nuevo Sagrario. Haremos muchas Comuniones espirituales. Y cuando hagamos la genuflexión , podemos decir, como Alexia: “Jesús que yo haga siempre lo que tu quieras”.

ADORACIÓN

Un himno Eucarístico dice: Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores adoremos a Cristo Redentor. Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra bendecid al Señor; honor y gloria a Ti, Rey de la gloria, amor por siempre a Ti, Dios del Amor.

En la J.M.J. de Colonia decía Benedicto XVI a los jóvenes: Los Magos de Oriente "Entraron en la casa, vieron al niño con María, y cayendo de rodillas lo adoraron" (Mt 2, 11). Ellos eran Reyes. Esa Adoración tiene el sentido de ponerse al servicio de ese Rey, con sentido de acatamiento y sometimiento de su realeza a la del Rey-Niño porque es Dios. Por eso le ofrecen dones. La Adoración tiene el sentido de donación también de la propia persona. Han aprendido de ese Niño a convertirse en hombres de la verdad, del derecho, de la bondad, del perdón, de la misericor dia. Ya no se preguntarán: ¿Para qué me sirve

esto? Se preguntarán más bien: ¿Cómo puedo contribuir a que Dios esté presente en el mundo?

La Adoración es muy importante porque es expresión del reconocimiento de que yo no soy Dios y Jesús Eucaristía, sí. Pero podemos caer en dos peligros: 1º.– Creer que estar en un rato de adoración es más importante que ir a Misa. La fuente de todo es la Misa que es la mayor Historia de Amor: es la renovación incruenta del Sacrificio Redentor de Cristo. Sin la Misa no habría

Presencia de Cristo para la Adoración. 2º.– Creer que lo más importante son los sentimientos y como en el rato de adoración “siento” más que en la Misa (por el ambiente, la oscuridad, la música y estar con mis amigos), no me importa perderme la Misa. No olvidemos: “Cuando faltan los sentimientos, permanece el deber y el amor”.

3.- Creer que al exponer la sagrada Forma fuera del Sagrario, hay más Presencia de Dios que en el Sagrario.

¡¡¡Es muy importante la Adoración!!!