NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO

La mayoría de las iglesias de occidente invocan el 27 de junio a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Bajo este título se venera en Roma una imagen bizantina de la Santísima Virgen María, que data del siglo XII o del XIV. Conservada en otro tiempo en la iglesia de San Mateo, en el Esquilino, la milagrosa imagen fue cayendo poco a poco en el olvido, hasta que, en 1866, el papa Pío IX la confió a los redentoristas, que celebraban su fiesta.

La Iglesia se dirige a nuestro Señor Jesucristo este día, para recordarle que nos ha dado como madre dispuesta a socorrernos, a su propia Madre, la Virgen María, a quien le corresponde muy adecuadamente el título de "Perpetuo Socorro".

Dios ha dado a María a su Hijo, lo ha engendrado en su seno, lo ama como a sí mismo, de suerte que, por naturaleza, fuese el mismo y único Hijo de Dios y de María. Dios lo creó todo y María engendró . Dios en cuanto hombre. El que hizo todas las cosas de la nada, no quiso rehacerlas sin María. Dios es Padre de todas las cosas creadas y María es Madre de las cosas recreadas.

Nos es pues de extrañar que María tenga tanto cuidado de nosotros, sus hijos recreados y que perpetuamente nos socorra en nuestras necesidades. El cielo, los astros, la tierra, los ríos, el día, la noche y todo lo que se halla sometido al poder y al servicio del hombre, se congratulan por María, habiendo el hombre perdido su antigua nobleza, ahora ha sido, en cierto modo, resucitado con la ayuda de María, y dotado una gracia nueva e inefable.

Con toda razón acuden los fieles a María "' como la Señora del Perpetuo Socorro.