NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, PATRONA DE LA HISPANIDAD

Según una antigua tradición, la Santísima Virgen María se apareció en el año 40, todavía en cuerpo mortal, en Zaragoza sobre una columna o pilar, al apóstol Santiago, para alentarle en su evangelización por tierras españolas.

Bajo su patrocinio, el 12 de octubre de 1492 se inició la Evangelización de América.

A la Virgen del Pilar le caracterizan tres particularidades:

1.  Se trata de una venida extraordinaria durante su vida mortal.

2. La Virgen trajo el pilar sobre el que se construyó el primer templo mariano de la Cristiandad.

3. El Pilar y Santiago son los ejes de la espiritualidad de España.

Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas.

¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos.

Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras.

En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad.

En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia.

Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad.

Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Amén                                                                                                                                                                                                     (San Juan Pablo II) 

ORACIÓN
S eñor Jesús, en esta hora de profunda confusión y de gran preocupación por nuestra nación, queremos darte gracias por la predilección que nos has mostrado desde que nos llamaste a la fe en los comienzos de la predicación cristiana. Tu apóstol Santiago trajo hasta nosotros la luz de la verdad y el fuego de tu amor. Desde entonces, tu luz y tu fuego han acompañado nuestra andadura por los intrincados caminos de la Historia.  Queremos darte gracias por esta historia de bendición y de predilección y por habernos permitido servir a tu Reino. Señor Jesús, en esta hora difícil para nuestranación, de corrupción moral, de convulsión política, de incertidumbre y de preocupación, volvemos nuestra mirada hacia Ti Tú eres nuestra única esperanza. Confiamos en Ti Tú estás con nosotros. En tus sacramentos y en la oración nos concedes la fuerza y la paz que necesitamos de Ti Danos valentía para ser tus testigos, paciencia y fortaleza en los sufrimientos que tengamos que afrontar, y un amor hasta el sacrificio por todos, también por aquellos que se consideren nuestros enemigos sin que nosotros los tengamos como tales. Creemos que así, venciendo el mal con el bien, el odio con el amor, la venganza con el perdón, vendrá a nosotros el esperado Reino de tu Corazón, cumplimiento de esa Gran Promesa que, a principios del siglo XVIII, nos hiciste en Valladolid por medio de tu siervo fiel el beato Bernardo de Hoyos: Reinaré en España con especial predilección. Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Sagrado Corazón de Jesús, concédenos ver el cumplimiento de tu Gran Promesa.