MIRA HACIA ARRIBA Y TE SALVARÁS

Cuentan las crónicas que había un aprendiz de marinero que lo mandaron a arreglar algo en lo alto del mástil, y desde aquella altura, al mirar el mar revuelto, se mareaba y estaba para caerse.

El capitán, que se dio cuenta, le dijo: ¡Muchacho, mira hacia arriba!". Y fue su salvación. Mirando hacia arriba dejó de ver aquel mar revuelto que lo mareaba y pudo hacer su operación tranquilo.

También nosotros a veces nos encontramos en un mar alborotado por las dificultades de la vida, los problemas de convivencia o económicos o de salud, y es muy fácil “marearse”. El remedio está en “mirar para arriba”, hacia el Cielo, pidiendo ayuda al Señor. Esta fiesta litúrgica de la Ascensión nos invita a mirar hacia el Cielo, a donde Jesús ascendió y donde nosotros tenemos nuestro “sitio reservado”.