El próximo 16 de julio celebramos el día de la Virgen del Carmen.
El mejor regalo que nos pudo hacer la Virgen del Carmen fue el escapulario, un símbolo de la consagración a la Santísima Virgen y de protección de la Madre de Dios a sus devotos.
El escapulario de la Virgen del Carmen, además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino: la Santísima Virgen sacará del purgatorio cuanto antes, especialmente el sábado después de su muerte, a quienes hayan muerto con el escapulario.
Las condiciones para obtener el privilegio sabatino, además de morir en estado de gracia, son:
- Tener impuesto el escapulario y llevarlo habitualmente.
- Guardar castidad conforme al estado de cada uno.
- Rezar diariamente a la Virgen.
El escapulario no es un amuleto ni una garantía automática de salvación ni una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana.
El escapulario de tela, el original, puede ser sustituido por una medalla que represente por un lado la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y por el otro la de la Virgen Santísima.