LA OSTRA Y LA PERLA

Éase una vez una ostra llamada “Marina”. Como todas las de su raza, había buscado la roca del fondo para agarrarse; así podría vivir sin contratiempos.

Pero el Señor había puesto su mirada en Marina. En su misteriosoplan, Dios había decidido que Marina fuera valiosa. Y aunque ella siempre había deseado vivir sin problemas, un día el Señor colocó en Marina un granito de arena. Marina se cerró violentamente. Así lo hacía siempre que algo entraba en su vida. Porque es la manera de alimentarse las ostras. Todo lo que entra en su vida es atrapado, desintegrado y asimilado. Pero con el granito de arena, la Ostra Marina no pudo hacer lo de siempre. Lejos de desintegrarse, la arena le lastimaba.

Quiso expulsarla, pero no pudo.

Ahí comenzó el drama de Marina. Lo que Dios le había mandado pertenecía a aquellas realidades que no se dejan integrar, y que tampoco se pueden suprimir. Frente a esta situación, en lugar de amargarse por su dolor, Marina tenía una hermosa cualidad. Era capaz de producir una sustancia sólida llamada ‘nacar’. Y eso fue lo que realizó Marina alrededor del granito de arena. Poco a poco, y con lo mejor de sí misma, fue rodeando el granito de arena con esta sustancia y comenzó a hacer una hermosa perla.

Muchos años después de la muerte de Marina, unos buzos bajaron hasta el fondo del mar. Cuando la sacaron a la superficie, se encontró en ella la hermosa perla. Al verla brillar con todos los colores del cielo y del mar, nadie se preguntó si Marina había tenido sufrimientos. Simplemente supieron que había sido valiosa.

Aplicación: ¿Yo sé aprovechar los sufrimientos para ser valios@, como “Marina”, como Cristo en la Cruz?