MUY DEPRISA

Cierta vez, un conductor se desplazaba por una carretera a una velocidad excesivamente alta,

cuando de repente, justo después de una curva, aparece un hombre parado en medio de la vía haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil. El hombre seguía haciendo señal de parar con sus brazos. -Debe de estar loco -dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chirrido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el coche antes de arrollar a aquel hombre. Muy enojado, se baja del coche y cerrando violentamente la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice:

- ¿Acaso no tienes ojos? ¿No ves lo peligrosa que es esta carretera y te colocas en medio de ella como si nada? ¿O acaso estás loco para no ver el peligro que corres?

-No señor, no estoy loco -le contestó el individuo-. Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacia algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.

Quizás, en la carretera de tu vida algún católico "loco" te ha obstaculizado el paso para hablarte del Amor de Dios, lo mucho que Cristo te ama; y te has enojado sobremanera porque vas MUY DEPRISA.