YO TE ENSEÑARÉ EL CAMINO DEL CIELO

Cuando el sacerdote Juan María Vianney llegó a pié cerca de Ars, donde iba como párroco, era un día de niebla cerrada. Se encontró con un pastorcito cuidando a sus ovejas y le preguntó por donde se iba a Ars. El niño se lo indicó. Y el Cura de Ars le dijo: “Tu me has enseñado el camino de Ars, yo te enseñaré el camino del Cielo”.

Una aplicación actual: Recién llegado a Nueva York le pregunté a una señora: ¿por favor, dónde está la oficina de correos? Con mucha amabilidad me indicó el camino. Le di las gracias y le dije que viniera a la iglesia el domingo y yo le indicaría el camino que lleva al cielo. No creo que vaya porque si no sabe el camino de la oficina de correos menos conocerá el camino del cielo.

El evangelio de hoy (SAN JUAN 14, 1-12) tiene una nota de nostalgia. El Señor dice a sus apóstoles: Me voy a casa, a la casa de mi Padre. Me voy a preparar sitio para todos. Yo soy el camino y vine a su mundo para enseñaros el camino que lleva a casa. Tomás, le interrumpe y le dice: Si no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? .Tomás está pidiendo el mapa de carreteras. Jesús le dice: Yo soy el camino, la autopista para llegar a la Verdad y a la Vida. Yo soy el fin del viaje.